Disbiosis y enfermedad ¿Causa o consecuencia?
por Floratil | 23 febrero, 2021 | 0 comentariosNuestra Microbiota Intestinal está compuesta por millones de microorganismos conviviendo en un ambiente armonioso, equilibrado y en cantidades y proporciones perfectas para su buen desempeño. Pero, ¿Qué pasa cuando su equilibrio se ve alterado? Este fenómeno, conocido como disbiosis, puede ser causa o consecuencia de enfermedades y condiciones que debemos conocer para evitarlas
Sabemos que la Microbiota Intestinal desempeña asombrosas funciones dentro y fuera del intestino que le han dado el estatus de “órgano”, debido a su importancia e intervención en diversas funciones del organismo, entre ellas:
- Funciona como barrera para impedir la instalación de microorganismos nocivos.
- Ayuda a procesar nutrientes.
- Regula el almacenamiento de la grasa corporal.
- Tiene una conexión directa con el cerebro.
- Interviene en la respuesta inmune.
Pero la Microbiota Intestinal puede desempeñar éstas y otras funciones sólo cuando está en pleno equilibrio y armonía, un estado ideal llamado “eubiosis”, que en pocas palabras es la conservación de la estabilidad presente en la relación entre los microorganismos que la componen, tanto en su cantidad como en su diversidad.
Cuando esta armonía y equilibrio se alteran, se habla de que la Microbiota Intestinal entra en un estado de disbiosis.
¿Qué factores afectan a la Microbiota Intestinal?
Sabemos que la Microbiota Intestinal se adquiere en etapas muy tempranas de la vida, desde que estamos en el vientre de nuestra madre, sin embargo nuestro primer contacto con bacterias abundantes es en el momento del nacimiento y a lo largo del tiempo se irá consolidando hasta más o menos los 3 años de vida. De ahí la importancia de los primeros 1,000 días de vida a partir del momento de la concepción, ya que lo que suceda en la Microbiota Intestinal durante ese lapso, será decisivo para la composición de tu microbiota en el resto de la vida.
Lectura recomendada: «¿Cómo se forma la Microbiota Intestinal?»
Pero este equilibrio puede verse afectado, causando una disminución de las especies benéficas y la consecuente proliferación de las nocivas y la reducción de la diversidad de las especies presentes.
Existe una gran cantidad de factores que pueden alterar el equilibrio de la Microbiota Intestinal, llevándola a un estado de disbiosis, por ejemplo:
- Haber nacido por cesárea
- No haber recibido alimentación con lactancia materna
- Alteraciones anatómicas.
- Disminución de la secreción ácida.
- Consumo indiscriminado de antibióticos y sin un probi+otico que restaure la microbiota durante su consumo
- Polifarmacia: consumo de medicamentos regular como antiácidos y analgésicos.
- Poca ingesta de fibra.
- Alto consumo de grasas saturadas y carbohidratos.
- Cirugía mayor abdominal.
- Consumo excesivo de productos industrializados.
- Estrés psicológico.
Como podemos ver, a pesar de que la Microbiota Intestinal es un órgano robusto y potente, es muy vulnerable a los cambios de estilo de vida, es decir, que una gran cantidad de factores pueden alterar su equilibrio sin que lo notemos.
Sin embargo, vale la pena estar alerta a estos cambios, ya que un estado de disbiosis puede llevar al organismo a enfermedades o condiciones desfavorables como: diarrea, desórdenes metabólicos, obesidad, alergias, síndrome de intestino irritable, enfermedad celiaca, enfermedad inflamatoria intestinal, y otras que aún están siendo sujeto de estudio.
¿Cómo evitarlo?
A pesar de que las investigaciones en el terreno de la Microbiota Intestinal avanzan a grandes pasos, aún no se ha determinado si algunas de las enfermedades y condiciones antes mencionadas son causa o consecuencia de la disbiosis intestinal.
Lo que sí se sabe, es que resulta fundamental cuidar y proteger nuestra Microbiota Intestinal, para lo que te sugerimos:
- Conservar los buenos hábitos alimenticios.
- Evitar los alimentos ricos en grasas saturadas y carbohidratos.
- Hacer ejercicio con regularidad.
- Evitar el estrés en la medida de lo posible.
- Ante el inminente consumo de antibióticos, solicitar al médico la prescripción en paralelo de un probiótico a base de levadura (como Saccharomyces boulardii CNCM-I745), para evitar la Diarrea Asociada al uso de Antibióticos (DAA). Recuerda que a diferencia de los probióticos a base de bacterias, las levaduras no se mueren al consumirlas concomitantemente con un antibiótico.
Cuidar y amar nuestra Microbiota Intestinal evitará la aparición de éstas y otras enfermedades. ¡Que nada te detenga!
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