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Haz feliz a tu Microbiota Intestinal en 3 pasos

por Floratil | 23 febrero, 2021 | 0 comentarios
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Tu Microbiota Intestinal está viva…tiene una personalidad única y también tiene gustos y preferencias que la mantienen en buen funcionamiento para desempeñar sus asombrosas funciones, vitales para el organismo.
Es así como estos 100 billones de microorganismos que habitan en tu intestino, se consolidan y coordinan para trabajar en conjunto, en un fascinante ecosistema que se autorregula y actúa como un solo individuo para, día a día, desempeñar su trabajo en beneficio de tu salud.

En este artículo te compartiremos 3 pasos para mantener feliz a tu Microbiota Intestinal y propiciar que se convierta en el mejor aliado de tu cuerpo, evitando la disbiosis, que como hemos revisado en otras publicaciones, está relacionada con la aparición de enfermedades y condiciones desfavorables para tu organismo:

1. Cuida tu alimentación.

Todo lo que comemos afecta de manera positiva o negativa a nuestra Microbiota. Una alimentación rica en grasas saturadas favorece la proliferación excesiva de ciertas bacterias llamadas “firmicutes”, cuya excesiva población ha sido asociada a casos de obesidad.

Por el contrario, si tu alimentación incluye la ingesta de fibras solubles de manera habitual (como la que contienen las frutas, verduras y las semillas integrales), la población bacteriana que se verá beneficiada es la integrada por los “bacteroidetes”, a los cuales se les ha identificado por prevenir el sobrepeso.

La sugerencia es mantener una dieta equilibrada, variada, y lo más parecida a la “dieta mediterránea”, que privilegia el consumo de frutas, vegetales y proteínas magras por encima de los carbohidratos simples y los alimentos procesados.

2. Evita el estrés.

Recientes investigaciones se han centrado en encontrar la afectación que el estrés que confiere la vida moderna, puede causar en la Microbiota Intestinal. Parece inverosímil, pero se ha comprobado que las personas estresadas tienen una gran preferencia por el consumo de alimentos de gran contenido calórico, y la responsable de este tipo de “antojos” es la disbiosis, es decir, un desequilibrio de la Microbiota Intestinal.

Adicionalmente, se ha comprobado que las personas que realizan ejercicio de manera frecuente tienen una Microbiota Intestinal más diversa y por consecuencia más sana que las personas sedentarias. Recuerda que el ejercicio es un excelente enemigo del estrés…¿casualidad?.

Aunque la mayoría de los estudios orientados a este tema se han llevado a cabo en roedores, no se puede descartar que en los humanos ocurran procesos similares. La ciencia lo demostrará en su momento.

3. Consume probióticos.

Ya sea en forma de alimentos fermentados o en presentación farmacéutica, los probióticos son indispensables para mantener feliz a tu Microbiota Intestinal.

Alimentos como el yogurth, la kombucha, la col fermentada bajo procesos tradicionales, los quesos y muchos otros alimentos proveen una buena fuente de probióticos al organismo.

En cuanto a las presentaciones farmacéuticas de los probióticos, éstos son recomendados cuando la microbiota se encuentra en riesgo inminente de sufrir disbiosis o ya entró en ese estado. Por ejemplo: cuando padecemos diarrea durante un tratamiento con antibióticos o la llamada “diarrea del viajero”.

En las farmacias, los probióticos pueden encontrarse en cápsulas, polvos o ampolletas. Hasta ahora se reconocen dos tipos de probióticos: bacterianos y levaduras, las cuales tienen la ventaja de sobrevivir a la acción antibacteriana de los antibióticos, por lo que son muy útiles para restaurar la Microbiota Intestinal cuando nos sometemos a un tratamiento con antibióticos.

Recuerda: La OMS define a los probióticos como: “microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, confieren beneficios para la salud del huésped”. Siempre ten presente esta definición para que puedas elegir el mejor probiótico que responda a tus necesidades.