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¿Cómo prevenir el desequilibrio de la Flora intestinal?

por Floratil | 24 febrero, 2021 | 0 comentarios
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Cuidar el equilibrio de nuestra Microbiota Intestinal (antes llamada Flora Intestinal) es muy importante. Una Microbiota equilibrada, promueve el mantenimiento de ciertas funciones vitales para el nuestro cuerpo; por ejemplo, la producción y absorción de algunas vitaminas, el adecuado funcionamiento del metabolismo, los mecanismos de defensa ante agentes patógenos, entre muchas otras funciones.
Como toda comunidad de seres vivos, la Microbiota Intestinal (antes llamada Flora Intestinal) puede presentar variaciones en su composición de manera natural, ya sea en cantidad o variedad. Generalmente esto no debería de presentar algún problema para la salud, sin embargo, cuando este desequilibrio es drástico y recurrente, se corre el riesgo de alterar sus funciones.

Al desequilibrio de la Microbiota Intestinal se le conoce médicamente como disbiosis. En este estado los microorganismos que habitan nuestro intestino (Microbiota o Flora intestinal), experimentan un desbalance; es decir, un crecimiento descontrolado de los microorganismos que deberían estar presentes en cantidades controladas y al mismo tiempo una reducción de otros que deberían ser predominantes.

¿Qué pasa si tengo disbiosis o desequilibrio de mi Microbiota Intestinal?
Este estado tiene un impacto directo en el funcionamiento del sistema gastrointestinal, pero también se ha visto relacionado con diversas manifestaciones que van más allá del sistema digestivo como: asma, diabetes, obesidad, enfermedad celiaca, fatiga crónica, alergias, debilitamiento del sistema inmunológico, dejándonos expuestos a padecer infecciones tanto de tipo viral como bacterianas, entre otras.

Pero ¿Qué factores son los que alteran el equilibrio de la Microbiota Intestinal?

Se han identificado diversos factores y condiciones que predisponen a un estado de disbiosis, entre ellos:

  • Nacimiento por cesárea.
  • Escasa o nula alimentación al seno materno.
  • Consumo de antibióticos.
  • Consumo crónico o recurrente de 2 o más medicamentos.
  • Cambios repentinos en los patrones alimenticios.
  • Consumo excesivo de carbohidratos simples (como azúcares y harinas refinadas).
  • Alta ingesta de grasas saturadas.
  • Viajes a lugares donde la alimentación es insalubre o desconocida para nosotros.
  • Dieta pobre en frutas y verduras.
  • Edad avanzada.

→ También puede interesarte: «3 enemigos de tu Microbiota Intestinal».

¿Es posible prevenir el desequilibrio de la Microbiota Intestinal?

Como en la mayoría de las condiciones de salud, es posible hacer ciertas modificaciones en nuestro estilo de vida para prevenir el desequilibrio, o en su caso revertirlo.

Las intervenciones más recomendadas son:

• Mantener una alimentación en la que predominen frutas y verduras.
• Moderar el consumo de proteínas de origen animal, privilegiando el consumo de pescados ricos en ácidos grasos omega-3, como el   salmón y el atún fresco.
• Consumir alimentos prebióticos, que favorecen la alimentación de tu Microbiota Intestinal. Algunos ejemplos son: linaza, alcachofas, espárragos, puerro (poro), cebolla, ajo.
• Favorecer el consumo de alimentos fermentados, que por su naturaleza son fuente de probióticos como: tofu, yogurt elaborado a base de búlgaros, saukreaut (col fermentada), pepinillos o aceitunas fermentados bajo procesos artesanales, kéfir, entre otros.
• Evitar el estrés. Pareciera misión imposible, pero lograr un estado de equilibrio mental y emocional aporta grandes beneficios al equilibrio de tu Flora o Microbiota intestinal.
• Limitar el consumo de bebidas alcohólicas y evitar el tabaquismo. No está por demás recordar que estos hábitos van en contra de un estilo de vida saludable.
• Hacer ejercicio al menos 30 minutos al día, salir a hacer caminatas o realizar una sencilla rutina en casa hará que tu cuerpo produzca más oxígeno y ciertas sustancias que favorecen el buen funcionamiento general del organismo.
• Recurrir a los probióticos farmacéuticos cuando ya es inminente el desequilibrio en la Microbiota Intestinal por ejemplo: durante un tratamiento con antibióticos, consumo crónico o recurrente de 2 o más medicamentos o por viajes frecuentes.

Por ejemplo, cuando hay necesidad de tomar tratamientos con antibióticos, la recomendación es elegir un probiótico de levadura, ya que sobrevive a la acción éstos y no interfiere en el tratamiento, garantizando su eficacia y reestableciendo el equilibrio intestinal.

Como se puede ver, es posible prevenir este desequilibrio haciendo sencillos cambios de hábitos, los cuales no requieren grandes esfuerzos y aportan un gran beneficio a nuestra Microbiota Intestinal, beneficiando nuestra salud.

¡Que nada te detenga!.

→ Lectura recomendada: ¿Los niños pueden tener disbiosis intestinal?