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¿Todos los probióticos son iguales? Una guía para elegir el mejor

por Floratil | 18 febrero, 2021 | 0 comentarios

De acuerdo con la Asociación Científica Internacional para los Probióticos y Prebióticos (ISAPP, por sus siglas en inglés), los probióticos son “cultivos simples o mezclados de microorganismos vivos que, aplicados a los animales o al hombre, benefician al hospedador, al mejorar las propiedades de la microflora intestinal original.”

En el mercado existen diferentes tipos de probióticos en diversas presentaciones: productos lácteos y alimentos adicionados con probióticos que están disponibles como alimentos; pero también hay comprimidos, cápsulas, preparados líquidos o sobres en polvo, comercializados como suplementos alimenticios o probióticos medicamentos, disponibles en farmacias.A pesar de que en su etiquetado aseguran contener probióticos, no todos los productos que se comercializan como tales, lo son. En este artículo analizaremos las características indispensables que deben reunir los probióticos para considerar que su consumo sea benéfico para tu salud.

1. Su cepa (la población de microorganismos de una sola especie que descienden de una célula única) debe estar plenamente identificada.
De acuerdo con consensos internacionales, las cepas de los probióticos deben identificarse por:

  • Género
  • Especie
  • Denominación alfanumérica
    Por ejemplo, en el caso de Floratil, su cepa es:

Saccharomycces (género) boulardii (especie) CNCM I-745 (denominación alfanumérica).

2. Estabilidad, es decir, que se garantice su sobrevivencia dentro del tracto digestivo.
Por tratarse de microorganismos vivos, los fabricantes de probióticos tienen que garantizar que éstos lleguen con vida al tracto digestivo y que permanezcan activos el tiempo suficiente para ejercer su acción benéfica.
Para lograr su objetivo, deben ser resistentes a la acidez gástrica, ser capaces de adherirse a las paredes del intestino y permanecer vivos durante el tiempo que se requiera su acción.

3. Concentración en cantidades suficientes para brindar un beneficio a la salud del huésped.
Ésta se mide en UFC (Unidades Formadoras de Colonias), y deben estar presentes en miles de millones de unidades por dosis.

4. Estar respaldado por estudios clínicos internacionales.
Si bien existen múltiples marcas de medicamentos probióticos en el mercado, no todas han sido estudiadas con rigor científico.
Dichos estudios y ensayos deben estar enfocados en comprobar no sólo los beneficios de la cepa probiótica en distintas condiciones de salud, sino además garantizar su inocuidad (que no cause daño), su supervivencia en el tracto digestivo, su eliminación posterior, y otros aspectos del proceso, desde su fabricación hasta la terminación del su vida útil.

5. Buenas prácticas de manufactura.
La fabricación de los productos que contienen probióticos, además de cumplir con estándares de calidad, debe asegurar que los microorganismos pasen por los procesos de manufactura sin resultar afectados.
El liofilizado o secado con calor son dos procesos a los que los microorganismos vivos son sometidos para poder envasarlos y comercializarlos de forma segura para el consumo humano. Sin embargo, los productos secados con calor deben conservarse en refrigeración, de tal manera que los probióticos liofilizados se prestan para una mejor conservación y estabilidad por tiempos más prolongados.
Todos estos detalles y otros más deben estar expresados en el etiquetado del producto.

Después de leer estas características indispensables en verdaderos probióticos, te preguntamos: ¿Lo que estás tomando como «probiótico» realmente lo es?